No me pude
resistir, la cara tan simpática de esta niña consiguió lo que hasta
ahora nunca había hecho, atreverme a pedirle permiso para fotografiarla,
la luz era muy dura y posiblemente no he sacado todo el partido que
podía. Los retratos que normalmente hago son a familiares que posan o
amigos que me encuentro cuando hago reportajes sobre Sant Boi. Cuando me
cruzo con alguna persona a la que le veo algo especial y me gustaría
mucho fotografiarla me encuentro con un gran problema, mi cobardía a
pedírselo, esperemos que con el tiempo lo supere.
A todos los amig@s
virtuales y visitantes de este rincón, que hoy tengáis Sabiduría,
Lucidez y Compasión.