A soplar velas
Hace unos días he superado la barrera de los treintas. En ausencia de
familiares y amigos “la vida de mi vida”,”la cordura de mi loca cabeza”
acompañada de un duende sin zapatos; trataron (y lo consiguieron con
creces) de celebrar el día de mi cumple. El día comenzó temprano (Los
que conocen a Naty bien saben que estoy mintiendo) en la cama con la
rigurosa cesión de mates y tostadas. La “sobrecama” fue larguísima. Nos
levantamos y nos fuimos al hospital para hacerle a Aldy una ecografía de
rigor que fue informada sin particularidades. A la salida Natu, usando
de ardid a la pobre Aldy me hizo ir a un centro comercial y me llevo a
almorzar a un restauran en el cual había reservado mesa. Más luego una
pasadita por la playa y vuelta a casa. Lugar este en el que me esperaba
una morena torta bañada en chocolate y como la cocinera, con corazón de
melocotón. El día se cerro ya tarde con la compañía de mis dos
maravillosas mujeres.
Bueno señores a la espera que la primavera que llega les desentuma los
dedos les envío mil cariños, besos y abrazos.
Luis Leonardo.